Las primeras pruebas de la existencia del kraken han sido encontradas.
Antes de la vida acuática que conocemos ahora, los océanos fueron recorridos por monstruos marinos que no esperaríamos encontrarnos. Los ictiosaurios de dientes irregulares, de un tamaño parecido a un autobús escolar, se encontraban en la parte superior de la cadena alimenticia del periodo Triásico, o al menos eso parecía antes de que el paleontólogo Mark McMenamin, del Mount Holyoke College, examinara restos hallados en Nevada.
En cambio, ahora piensa que otros monstruos aún más grandes y más astutos se aprovechaban de esos ictiosaurios tan inmensos: un kraken de proporciones gigantescas. McMenamin acaba de presentar los resultados de su trabajo en la reunión anual de la Geological Society of America en Minneapolis, que informa del hallazgo en su web.
La evidencia se encuentra en el Berlin-Ichthyosaur State Park en Nevada, donde McMenamin y su hija pasaron unos días este verano. Es un lugar donde pueden encontrarse restos de ictiosaurios de la especie Shonisaurus popularis, que medían unos 14 metros.Estos fueron la contraparte del Triásico del actual cachalote devorador de calamares gigantes. Sin embargo, estos fósiles de Nevada tienen una larga historia de investigadores que quedaron desconcertados con sus hallazgos, como el mayor experto de este yacimiento: Charles Lewis Camp.
Lo que él creía era que los fósiles representaban la muerte tras un varamiento accidental o por una floración de plancton tóxico. Pero nadie había sido capaz de demostrar que los animales murieron en aguas poco profundas. De hecho, el trabajo más reciente sobre las rocas alrededor de los fósiles sugieren que fue un ambiente de aguas profundas, lo que hace aún más misterioso que los cadáveres estuvieran tan bien ordenados.
La incertidumbre sobre dónde murieron es lo que atrajo a McMenamin al sitio.
"Yo era consciente de que cada vez que hay controversia acerca de la profundidad, es probable que haya algo interesante", dijo McMenamin. Y cuando comenzó a buscar los fósiles, quedó impactado por su rareza. "Quedó muy claro que algo muy extraño sucedió allí", declaró. "Fue una configuración muy extraña de los huesos".
Los diferentes grados de grabado en los huesos sugiere que los ictiosaurios no fallecieron y fueron enterrados en el mismo lapso de tiempo. También parecía que los huesos habían sido deliberadamente reorganizados. Esto le hizo pensar acerca de un depredador marino moderno que es conocido por su capacidad para la manipulación inteligente de restos de presas.
"Los pulpos modernos lo hacen", reveló McMenamin. "Creo que estas cosas fueron capturadas por el kraken y sus restos organizados tras ser devorados".
En el yacimiento de fósiles, algunos de los discos vertebrales del ictiosaurio están dispuestos en curiosos patrones lineales con una regularidad casi geométrica. La propuesta es la de un kraken Triásico que podría haber sido el invertebrado más inteligente que nunca haya existido, que sabía disponer los discos vertebrales en patrones de doble línea con piezas individuales de anidación de una manera parecida a como si se tratase de un rompecabezas.
las vértebras dispuestas se asemejan a los patrones de un tentáculo de cefalópodo. En otras palabras, el disco vertebral puede representar los primeros autorretratos conocidos.
Pero, ¿podría un pulpo realmente haber cazado a estos enormes depredadores? Nadie hubiera creído esta historia hasta que el personal del acuario de Seattle recurrió a una cámara de vídeo para averiguar lo que estaba matando a los tiburones en uno de sus grandes tanques. Se sorprendieron al descubrir que el asesino era un gran pulpo que había en dicho tanque.
"Creemos que el kraken que mencionamos antes estaba haciendo lo mismo", expresó McMenamin. Entre las evidencias de los ataques del pulpo gigante están las existencias de muchas costillas rotas de los fósiles de ictiosaurio así como el cuello torcido.
Por supuesto, es el crimen perfecto, porque los pulpos del Triásico eran en su mayoría de cuerpo blando y no se fosilizaron bien. Sólo sus picos, o partes de la boca, son duras y las posibilidades de los que se conserven cerca son muy bajos. Esto significa que las pruebas del asesino kraken son circunstanciales, lo que puede dejar a algunos científicos bastante escépticos. Pero McMenamin no está preocupado: "Estamos listos para esto, tenemos un caso muy bueno".
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