Pripyat, la ciudad fantasma.
En la mañana del 26 de abril del 1986, el reactor número cuatro de la central nuclear de Chernóbil en la ex Unión Soviética explotó. El incidente es el únivo evento con nivel siete, considerado un accidente grave y con el grado más alto posible en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares. El resultado de tal desastre fue la lluvia radiactiva cuatrocientas veces mayor que la de Hiroshima, la destrucción total del reactor, una nube de polvo radiactiva y el vapor que se propagó a través de gran parte de la geografía mundial, llegando a Suecia y a muchas partes de Europa Occidental en apenas 48 horas después del evento. La catástrofe dejó la cercana ciudad soviética de Pripyat en una ciudad fantasma radiactiva. En la actualidad, además de la radiación, muchos expertos en lo paranorlam afirman que en el pueblo de Pripyat se experimentan fenómenos inexplicables además de haberse convertido en una puerta hacia lo desconocido.
Los funcionarios soviéticos fueron inicialmente herméticos sobre las muertes relacionadas con Chernóbil. A través de los años, sin embargo, la Guerra Fría permitió desclasificar la información relativa al accidente. Durante los primeros tres meses, 31 personas murieron a causa de la enfermedad por radiación agua. Sin embargo, el impacto total de Chernóbil nunca podrá ser medido, ya que el incidente se sigue cobrando víctimas entre generaciones a través de cánceres y los nacimientos de bebés con Síndrome de Down en los antiguos países comunistas. Pero a pesar de la falta de información inicial, la respuesta soviética al desastre fue rápida. Fue construido un gran sarcófago de hormigón alrededor del lugar de la explosión para contener cualquier posible fuga de radiación y la ciudad de Pripyat fue evacuada inmediatamente.
En la actualidad, Pripyat ha sido congelada en el tiempo; irradia más radiactividad más allá de cualquier límite aceptable. Platos y utensilios para comer aún se encuentran en las mesas, la ropa en los armarios, los cochecitos de los niños aún están en la estación de tren donde cientos de padres subieron rápidamente a los vagones de carga de los trenes dejando atrás todo lo que tenían. La población de la ciudad cuando amaneció antes del accidente era de 50.000 habitantes, al atardecer y en la actualidad el número de habitantes es cero. Ese fatídico día, vidas enteras fueron abandonadas y otras muchas se quedaron atrapadas en el tiempo. Uno de los aspectos más extraños de la ciudadla rueda de la fortuna se ha convertido en la imagen más popular de Pripyat.
es el parque de atracciones, que se inauguraría el día después de la evacuación y por lo tanto nunca ha sido utilizado. La noria oxidada conocida como La Rueda de la Fortuna |
La ciudad de Pripyat es considerada como uno de los lugares más interesantes para los investigadores de lo paranormal. Muchos expertos en el campo creen que los eventos relacionados con la radiación y los fenómenos paranormales tienen una relación abierta, donde está uno se encuentra el otro. Aunque algunos afirman que la radiación es un subproducto de la actividad paranormal, otros creen que las partículas radiactivas actúan como combustible para el más allá. Antes de la explosión del reactor muchas personas reportaron avistamientos del llamado Pájaro Negro de Chernóbil, una gran criatura semejante a un hombre sin cabeza. Este ser se asemeja al conocido Mothman que se vio antes del desastre en el puente de Point Pleasant, en Virginia Occidental. Muchas personas creen que Mothman anuncia futuros desastres. Al igual que en Point Pleasant, después del desastre no se volvió a ver a este ser. También durante los avistamientos de Mothman, mucha gente experimentó pesadillas aterradoras y extrañas llamadas de teléfono.
Una de las representaciones de Mothman |
En las investigaciones paranormales el problema que existe es en el tiempo que se puede realizar este tipo de indagaciones, ya que los niveles de radiación son tan altos que los visitantes sólo pueden estar un tiempo determinado. En muchas investigaciones paranormales, cuando los equipos comienzan a experimentar ciertos fenómenos inexplicables, las alarmas de radiación suenan y tienen que abandonar el lugar al momento. Pero incluso con estos imprevistos, son muchos los que afirman haber visto misteriosas sombras y siluetas de personas, apariciones de antiguos médicos y bomberos caminando en medio de las calles y edificios abandonados. También se han informado sobre una luz ámbar que aparece sin explicación sobre las instalaciones abandonadas. Algunos militares han denunciado haber sido tocados por presencias invisibles, una sensación general de malestar, así como la sensación de ser observados desde las ventanas vacías del hospital. También existen informes de que los visitantes fueron seguidos por algo inexplicable, además de escuchar sonidos de niños riendo y jugando.
Muchos investigadores de lo paranormal llevan contadores Geiger en sus cinturones para medir picos de radiación, con la idea de que el aumento de las lecturas de radiación da más probabilidades de actividad sobrenatural. Si realmente están en lo cierto, Pripyat es la zona cero de los fenómenos paranormales. No hay ninguna duda de que Chernóbil y sus alrededores no serán nunca lo suficientemente seguros como para poder realizar una adecuada investigación paranormal que podría explicar el vínculo entre la radioactividad y lo paranormal. Con el paso del tiempo, el sarcófago de hormigón del reactor ha empezado a erosionarse, incluso los científicos han estimado que se colapsará completamente dentro de la próxima década. Hasta que llegue el momento, Pripyat y Chernóbil descansan silenciosamente en Ucrania, una reliquia de otra época de la historia, así como un recordatorio del mal uso de la energía que existe en nuestro entorno. Y en el vacío y el aislamiento se encuentran almas perdidas de Chernóbil, congeladas en el tiempo.
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